domingo, 25 de octubre de 2015

La privacidad en las conversaciones electrónicas. Cuatro perfiles para analizar

Introducción
Vivimos en un mundo en constante movimiento, en un escenario donde confluyen tres generaciones: los herederos de los años 60s, los hijos de los 70s y los nuevos actores de los 80s. Tres vistas diferentes de la vida, del trabajo y del mundo, y con algunas similitudes que pueden resultar contradictorias frente a algunas situaciones.

En el contexto de una sociedad informatizada, donde la información se convierte en el nuevo “petróleo” que alimenta el motor empresarial, se hace necesario establecer acciones que custodien y orienten a todos aquellos que quieran tener acceso a los datos personales, como quiera que ellos definen un sello y marca distintiva que cada individuo es responsable por administrar y asegurar.

Así las cosas, el flujo de la información entre individuos, es una constante que está marcada por el tipo de información que se trata, el tono que se maneja en la conversación, las necesidades que se comparten, el deseo de conocer más al otro y en general, una ventana de oportunidad que se abre para descubrir los gustos, deseos y expectativas de las personas frente a tendencias, cambios o formas que ellas desarrollan a lo largo de la vida.

En este sentido, la privacidad de la información juega un papel definitivo, como quiera que el compartir información a través de medios electrónicos establece un paradigma distinto para cada generación y abre diferentes escenarios de análisis que ilustran las diferentes posturas que pueden aparecer. 

Para ello este documento consulta los resultados de las investigaciones realizadas por Patil y Kobsa (2005) como excusa para efectuar un análisis empírico de perfiles frente a la privacidad, que ilustra cómo pueden actuar diferentes actores según los factores expuestos por los investigadores mencionados.

Cuatro factores claves que afectan la privacidad
De acuerdo con Patil y Kobsa (2005) cuatro son los factores que contribuyen para motivar la privacidad en las conversaciones electrónicas: sensibilidad del contenido, disposición personal hacia la privacidad, entendimiento de la tecnología y el potencial persistente de las conversaciones.

Figura 1. Factores que afectan la privacidad en las conversaciones electrónicas (Elaboración propia basada en Patil y Kobsa (2005)

La sensibilidad del contenido nos habla del acuerdo efectuado entre los participantes de la conversión sobre qué tan sensitivo es o no la información que fluye en el diálogo. A mayor nivel de conversaciones clasificadas como sensibles, mayor exigencia de privacidad se demanda de sus participantes. En este contexto, el tenor de los contenidos que se intercambien generará condiciones para que la protección de la información se demande como algo requerido y cuyos contenidos deben ser reservados y respetados por todos aquellos que lo conocen.

Complementario con lo anterior, se genera una disposición inherente en cada persona hacia la privacidad de lo conversado. Esto es, un “silencio de oficio” que surge de los diálogos y que ha sido acordado entre los que usan el medio de comunicación y participan con sus comentarios. Esta moción interior de los participantes, está conectada con los compromisos y expectativas de reserva de la información, como quiera que se ha sellado entre ellos un acuerdo explícito y tácito al mismo tiempo con los otros: explícito, en cuanto las información compartida y tácito en la relación y vínculos que se crean.  

Un elemento más que influye en la privacidad es el conocimiento tecnológico, bien si se es ignorante frente a la temática, no comprende correctamente su funcionamiento o sabe y la utiliza de forma adecuada. Los que son ignorantes de la tecnología son proclives a compartir sin conocer los impactos, los que no comprenden correctamente su forma de operar, pueden ser víctimas de la falsa sensación de seguridad, mientras los que saben y la usan de manera correcta, son más precavidos frente a sus actividades y conscientes de las posibilidades y limitaciones de las tecnologías.

El potencial persistente de las conversaciones, es decir la permanencia de los diálogos realizados o su almacenamiento para posterior consulta, es otro elemento clave al revisar la temática de la privacidad en conversaciones electrónicas. Cuanto mayor sea la persistencia de la conversación mayor será la necesidad de protección de las reflexiones realizadas, siempre y cuando la sensibilidad acordada demando adecuados mecanismos de acceso y uso.

Estos cuatro factores, responden a una convergencia de comportamientos que se sintonizan y solidarizan en una red de conversaciones y acuerdos, que al final custodian la información compartida, las expectativas reveladas y los datos comentados. La percepción de control se vuelve tan fuerte como la exigencia de privacidad, así como la motivación para mantener fuera del dominio público la información que con generosidad se ha compartido para fortalecer o desarrollar conversaciones explícitas o vínculos tácitos.

Cuatro perfiles frente a la privacidad
El siguiente cuadro sugiere cuatro perfiles de personas sobre la gestión de la privacidad de la información que comparten a través de medios electrónicos, basado en los factores del estudio previamente comentado.

Tabla 1 – Perfiles de las personas frente a la privacidad (Elaboración propia)

Las personas cuyos cuatro factores están calificados como bajo, serán afectados por terceros inescrupulosos que afecten y violen sus expectativas de privacidad, como quiera que sus conocimientos y sensibilidad no le permiten maniobrar frente a situaciones adversas, dejando expuestos sus datos y conversaciones afectando su reputación o creando escenarios contrarios que envuelvan la realidad de la persona con impactos contrarios en el corto y mediano plazo.

Los factores con calificación media, activan en la persona una sospecha base sobre la necesidad de proteger sus conversaciones. Si bien conocen y declaran la reserva sobre los contenidos compartidos, intuyen que deben conocer más del medio donde conversan y dejan registro de dichas intervenciones. No están convencidos del todo de la forma como se custodiarán los diálogos generados, manifestando con regularidad la necesidad de mantener las restricciones de acceso a los datos.

Cuando los cuatro factores se valoran como altos sabe que su privacidad es fundamental y demanda que los participantes asuman la responsabilidad de aquello que dicen y comparten. Si advierten que no se tienen condiciones claras de acuerdos y respeto por lo reservado, prefieren retirarse de la conversación, dejando la salvedad de su retiro, lo que necesariamente debilita la condición de privacidad de las conversaciones realizadas. Conocen las tecnologías utilizadas de manera general y sus características de seguridad, por lo cual hacen indicaciones que aseguren una aplicación homogénea de las mismas para todos los participantes.

Si tenemos una valoración de muy altos en los cuatro factores, las exigencias de privacidad no son negociables, se hace evidente que cada participante reconoce las bondades del cuidado de lo que se dice y la forma como se consulta. Existe un imaginario compartido de protección que establece las reglas que todos están dispuestos a seguir y que se ajustan a unos acuerdos y expectativas que previamente se han socializado dentro de la comunidad que conversa.

Reflexiones finales
El mundo digital e hiperconectado motiva constantemente al flujo de información, como una forma natural para configurar sus propias necesidades y dar cuenta de las exigencias de los mercados actuales y emergentes. En este escenario, la privacidad de las conversaciones electrónicas cobra una importancia real, habida cuenta que cada persona establece referentes de protección, que de acuerdo con Patil y Kobsa (2005), son afectados al menos por cuatro factores.

Tener en cuenta estos factores nos permite ilustrar de manera intuitiva y empírica algunos perfiles que se pueden generar en las comunidades digitales que comparten información, como referentes básicos de comportamientos de los participantes, para comprender mejor las interacciones que se plantean y los términos que se pueden identificar en las mismas.

La privacidad como derecho fundamental, tanto en la vista europea como latinoamericana, frente a la postura anglosajona leída como un servicio, esto es, como algo que el interesado paga por tener, contrapone dos mundos y percepciones que dejan en claro que las personas son las más interesadas para asumir el reto de la privacidad.

No es una postura proteccionista ni otra mercantilista la que va a motivar la implementación o no de la privacidad, sino los acuerdos de las comunidades digitales en internet, como quiera que son ellas, bajo el influjo de las posiciones de los individuos las que establecen las condiciones y consecuencias de un uso apropiado de la información. Entendiendo como apropiado lo que la red de conversaciones haya pactado sobre al menos los cuatro factores previamente analizados.

Así las cosas, las prácticas de privacidad a través de los medios informáticos serán siempre afectadas por las tendencias tecnológicas y presiones de mercado presentes en cada momento, por lo cual identificar un perfil particular de privacidad será cada vez más difuso. Al final, parafraseando a Cala (2015, p.114), lo más interesante de la privacidad a través de los medios digitales radica en que, a pesar de la ausencia de uno de sus participantes, el resto la defiende y lucha por ella, haciendo que ésta (la privacidad) nunca pierda el sentido.

Referencias
Patil, S. y Kobsa, A. (2005) Unconvering privacy attitudes and practices in instant messaging. GROUPS’ 05. Noviembre 6-9. Sanibel Island. Florida, USA. 109-112.
Cala, I. (2015) El secreto del Bambú. Una fábula. Nashville, Tennessee, USA: Harper Collins Español.

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