Introducción
La gastronomía como
disciplina interdisciplinar, más allá de “la preparación y operación de
productos alimenticios” es una apuesta que mezcla tanto ciencia como arte, para
lograr comprender e impactar el entorno donde sus productos y acciones se hacen
realidad. En este sentido, la gastronomía es un fenómeno sociocultural, que
conecta las expectativas de las personas y sus raíces culturales, para crear
experiencias que le otorgan identidad a territorios locales, regionales y
globales, de tal forma que una preparación deja de ser un proceso eminentemente
técnico y procedimental, para transformarse en un significado e imaginario
lleno de conocimiento e historia (Reyes, Guerra & Quintero, 2017).
En este sentido, el
gastrónomo en su formación a parte de dominar las técnicas propias de los cortes,
el tratamiento de los productos, los métodos y técnicas de presentación y
decoración, métodos de cocción, planeación de menús, la cocina fusión o la
cocina molecular, deben conectarse con la dinámica del entorno y la cultura que
los rodea, para reconocer la identidad de su contexto y poder recrear
preparaciones relevantes y renovadas para comensales y solicitudes que den
cuenta tanto de la visión del profesional de gastronomía como de las
sensaciones que se esperan (y las novedosas) que se pueden concretar en esa
realidad (Reyes, Guerra & Quintero, 2017).
De otro lado tenemos
al Chef, una palabra de origen francesa, que revela a aquella persona hecha en
la acción de la cocina. De acuerdo con la literatura, para ser Chef no se
estudia, se gana el título con años de experiencia y liderazgo en ese espacio
vital donde los alimentos, ingredientes y bebidas se transforman en
experiencias concretas para comensales de diferentes paladares y gustos
(Alonso, 2019). Un chef es un aprendiz permanente, que se enfrenta a la
incertidumbre de la preparación de cada plato, que si bien conoce como se debe
lograr, cada vez que lo hace tendrá un sello particular para resolverlo con
ingredientes distintos disponibles en su espacio vital: la cocina.
Así las cosas, un
gastrónomo, formado en la esencia misma de la visión general y particular de la
preparación de los alimentos, que domina las técnicas y adquiere maestría en la
gestión de los diferentes momentos del proceso de transformación de
ingredientes en una apuesta de un plato; se encuentra con un chef, que en su
realidad específica y particular sabe como funcionan los detalles y secretos a
la hora de concretar un plato. Estas dos figuras, más que entrar en el engaño
de la confrontación o comparación (Vincent & Hitch, 2019), buscan crear
espacios de colaboración y sintonía donde el efecto final requerido se haga
realidad en la experiencia de un comensal en términos de técnica, presentación
y sabor.
Si llevamos estas
dos figuras al escenario de la seguridad de la información y la ciberseguridad,
donde tanto adversario como analista, deben cocinar un plato para sus
comensales (grupos de interés), tendríamos que desarrollar en detalle los
aspectos de técnica, presentación y sabor que cada uno
debe imprimirle a su preparación para lograr la experiencia requerida en sus
públicos objetivos, pensando claramente en las sensaciones que quieren crear a
partir de ingredientes, utensilios y recetas innovadoras en ese espacio vital
denominado empresa, nación o mundo.
Gastrónomo/Chef
|
Técnica
(Práctica/Destreza)
|
Presentación
(Venta/Marketing)
|
Sabor
(Experiencia/Sensaciones)
|
(I)ngredientes
(Calidad/Frescura)
(R)eceta
(Creatividad/Precisión)
(U)tensilios
(Funcional/Adecuado)
|
Tabla 1.
Marco conceptual de la cocina. Elaboración propia (basado en Reyes, Guerra &
Quintero, 2017)
Cocinando las
sensaciones de la seguridad/inseguridad
Cuando hablamos de técnica,
hacemos relación a la práctica y destreza del cocinero. Si el cocinero lo vemos
desde la perspectiva del analista, este deberá alcanzar práctica y conocimiento
profundo de los estándares y marco de trabajo en seguridad y control, como base
de la preparación de la sensación de seguridad que quiere lograr. Si el
cocinero es ahora el adversario, este buscará aprender, reconocer y replicar
los efectos de los ataques conocidos, establecer algunos patrones que se pueden
reutilizar, y como un chef, recabar detalles y secretos a la hora de concretar
la elaboración de un plato especial que busca crear inestabilidad e incierto.
El estudio de la técnica,
tanto para el analista como para el adversario, es un momento que contrasta la
formalidad con la experiencia. Dos situaciones que se nutren de conocimiento
concreto y del desarrollo de competencias; unos buscando certezas para dar
respuestas concretas y otros, abrazando el incierto y la sorpresa de los pasos
de otros, para desarrollar una ventana de aprendizaje donde el error no es
ocasión de señalamientos o sanciones, sino de posibilidad y reto consigo mismo.
Cuando alguno de los dos personajes cae en la tentación de la comparación,
entran en el engaño de sí mismos, olvidando la esencia de sus propios servicios
y platos.
El tema de la presentación
está asociado con la venta y el marketing de sus productos finales. De acuerdo
con la literatura tanto la venta como el marketing responden a emociones y
sensaciones que se producen en el comprador, para se más exactos en la mente de
las personas. Se comenta en la sabiduría popular que la “comida entra por los
ojos”, en este caso por la experiencia que se tiene frente a las prioridades
organizacionales y sus efectos en las apuestas estratégicas de las empresas (Kaplan,
Bailey, O’Halloran, Marcus & Rezek, 2015).
Desde la perspectiva
del analista, la presentación de sus preparaciones está asociada con sus
indicadores de desempeño y su lectura de las expectativas de sus comensales
ejecutivos, quienes muchas veces están atrapados en el imaginario de la
seguridad/ciberseguridad “del 100%” o del “cero riesgo”. La presentación o
venta de las preparaciones de este cocinero por lo general son estándares, con
baja creatividad y mucha técnica. Generalmente los comensales terminan
degustando un plato que sabe bien (por lo general) pero que no los transporta o
conecta con sensaciones distintas que los enganchen y los motiven.
De otro lado, cuando
el cocinero es un adversario, la presentación de sus platos responde a un
impacto y visibilidad esperado. Esto es, conocer muy bien el paladar de sus
comensales y crear con su propuesta, una experiencia que lo conecte con una
realidad distinta, inédita e inestable, que le permita captar su atención y
asegurar, que de ahora en adelante tiene un cliente más, conectado con su sazón
y los sabores que quiere posicionar en su imaginario. Ya no es un plato más,
sino una narrativa de amenazas (Parenty & Domet, 2020) que se encuentra en
el paladar de sus clientes.
El estudio de la presentación
para estos dos roles contrasta dos mundos. Uno el del seguimiento de pautas
reconocidas y esperadas, con el de propuestas alternas, muchas desconocidas y
arriesgadas, que pueden ser leídas de forma diversas por los comensales.
Mientras el analista reconoce la dinámica y expectativas de los ejecutivos,
para lo cual configura estrategias de comunicación conocidas y probadas, con
las cuales puede crear un canal de comunicación con este cuerpo directivo; el
adversario se concentra en crear situaciones desconocidas, desde patrones
conocidos, creando combinaciones que no se han probado, sabiendo que las cosas
pueden salir bien o tener efectos inesperados favorables o desfavorables.
El tema del sabor
esta relacionado con la experiencia y las sensaciones que se producen en el
cliente del plato que se sirve. Cuando se analiza esta variable desde la
condición de analista, se habla del programa de seguridad/ciberseguridad que se
tiene en la organización. Es decir, de cómo los diferentes comensales perciben
y se sienten con el servicio, la sazón y el sello del gastrónomo que lo ha
desarrollado. Es una lectura que se construye desde la experiencia práctica de
la seguridad en la dinámica de la organización, que sabe a objetivos
estratégicos, que tiene ingredientes autóctonos de la cultura empresarial y que
usa el lenguaje y realidad cotidiana como utensilios básicos en sus
preparaciones.
Desde la postura del
adversario, el sabor se concreta en las experiencias de sus platos novedosos,
llenos de la emocionalidad del vértigo para concretar una acción, y sus efectos
en las empresas, en las naciones o en globo. El sabor del adversario siempre
lleva un toque de ingredientes inciertos e inéditos (y algunas veces secretos)
que hace de sus apuestas en los comensales, experiencias que pueden sorprender
o dejar dudas, de acuerdo con la calidad de sus productos, que en este caso son
las vulnerabilidades, fallas o errores, donde hace especial énfasis para lograr
la sazón que desea imprimir en su preparación.
El estudio del sabor,
tanto en el analista como el adversario, tensiona dos realidades: la lectura de
la realidad empresarial y la novedad del reto ante lo inesperado. Cuando el
analista le imprime un sello y sabor a la ciberseguridad/seguridad de la información
desde la confianza, busca concretar espacios para construir con ingredientes
conocidos e reconocidos en la cultura de la organización, no para sorprender ni
protagonizar, sino para degustar y posicionar un sabor especial en sus
comensales, y desde ahí crear preparaciones distintas y novedosas para sus
clientes.
De otro lado, el
adversario apuesta por sabores distintos, llenos de magia y sorpresa que exigen
romper el status quo de la dinámica empresarial y revelar experiencias y
texturas que no se habían visto. Esta postura, puede crear una demanda
insaciable de novedad que termina cansando a sus comensales, o una práctica
necesaria para salir de lo tradicional y mantener siempre la sorpresa del
cliente por nuevos sabores.
A manera de resumen
se detalla la siguiente gráfica que condensa las vistas tanto del analista como
del adversario, frente a la técnica, la presentación y el sabor.
Tabla No.2 Cocinando la seguridad/inseguridad en las empresas. Elaboración propia |
Reflexiones
finales
Sea un gastrónomo o
un chef, un analista de seguridad/ciberseguridad deberá no sólo atender en
detalle las técnicas, la presentación y el sabor de sus preparaciones, sino
reconocer el fenómeno sociocultural que representa la experiencia de su labor,
para que, en la elaboración de sus platos, se advierta la identidad de cada
uno, y de esta manera se reconozcan las expectativas de las personas y sus
raíces culturales.
Estas dos figuras,
para lograr capturar las expectativas de sus clientes y concretar experiencias
memorables, deben nutrirse de ingredientes de primera calidad que permitan
aplicar las técnicas necesarias de cocción, las propuestas claves para su
presentación y el sazón necesario, enraizado en sus costumbres y lecturas particulares
de su entorno, para crear sensaciones que conecten a sus comensales con sus
propuestas y productos específicos.
La seguridad/ciberseguridad,
al igual que la cocina, es un mundo tanto de técnica como de arte. De técnica
asociada con la formalidad de los estándares y el uso de tecnologías
particulares de protección, y de arte, por la forma como se presenta y se
concreta el sabor en la experiencia de sus comensales.
De esta manera, tanto
analista como adversario, que hacen parte de una misma lectura del reto de
proteger y anticipar, deberán conectar sus propósitos y objetivos sobre una
base cultural equivalente, donde cada cliente tendrá expectativas y condiciones
previas, que no podrán ser ignoradas, para resolver todo el tiempo el reto natural
de una organización o un estado: ¿cómo generar confianza digital a pesar de que
un ciberataque es inevitable?
Referencias
Alonso, E. (2019). ¿Chef o
Gastrónomo? Universidad del Claustro de Sor Juana. Recuperado de: https://www.elclaustro.edu.mx/claustronomia/index.php/mundo-foodie/item/307-chef-o-gastronomo
Kaplan, J., Bailey, T., O’Halloran, D., Marcus, A. & Rezek, C.
(2015) Beyond cybersecurity. Protecting your digital business. Hoboken,
New Jersey. USA: Wiley.
Parenty, T. & Domet, J. (2020) A leader’s guide to cybersecurity.
Why boards need to lead and how to do it. Boston, MA. USA: Harvard Business
Review Press.
Reyes, A., Guerra, E. &
Quintero, J. (2017). Educación en gastronomía: su vínculo con la identidad
cultural y el turismo. El periplo sustentable, (32), 00009. Recuperado
de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-90362017000100009&lng=es&tlng=es
Vincent, J. & Hitch, J. (2019). Winning not fighting. Great
Britain, UK. Penguin Random House.
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